UC - Críticas
| País: Reino Unido. |
Interpretación: Meryl Streep (Margaret Thatcher), Jim Broadbent (Denis Thatcher), Richard E. Grant (Michael Heseltine), Iain Glen (Alfred Roberts), Anthony Head (Geoffrey Howe), Roger Allam (Gordon Reece), Alexandra Roach (Margaret Thatcher joven), Harry Lloyd (Denis Thatcher joven). |
LUCES Y SOMBRAS
"La Dama de Hierro" es el controvertido retrato de una mujer controvertida que durante casi 12 años gobernó con mano dura el Reino Unido. Se ha criticado por una parte del público que se pretenda humanizar la figura de la líder política, pero precisamente eso es lo que a mi me atraía más del relato y es que más allá de la condición política de cada uno, los gobernantes tras sus máscaras mediáticas también son personas que poseen una infancia, un pasado y un ámbito íntimo, familiar y de amistades que normalmente nos es ajeno.
“La Dama de Hierro” es una película sobre la vida de Margaret Thatcher, ex primera ministra británica. Ahora, a sus 80 años de edad, se encuentra desayunando en su casa de Chester Square en Londres. A pesar de que su marido, Denis, falleció hace un par de años, la decisión de deshacerse finalmente de su ropa, provoca en ella recuerdos convulsos. Mientras Thatcher se prepara para su rutina diaria, la imagen de su marido —leal, cariñoso y travieso— es tan real que parece estar vivo. El personal de Margaret habla con Carol Thatcher para expresar su preocupación sobre la creciente confusión que sufre su madre entre el pasado y el presente.
El inicio de la película es prometedor y nos sitúa ante una Thatcher anciana y senil, con lagunas en su memoria y que vive aislada del mundo reviviendo fragmentos de su vida con la compañía de su esposo que tan sólo vive en su recuerdo, ya que falleció años atrás. Ese inteligente planteamiento para recrear posteriormente el pasado a modo de puzzle de la formación como mujer y como política de esa persona que llegó a la cumbre y ahora se muestra como un ser solo y casi desvalido, me parece brillante y muy diferente al biopic que uno se espera encontrar ante un film que narra hechos históricos acontecidos a través de personajes reales.
Lamentablemente, tan sólo el primer acto aguanta esa presentación de la historia que poco a poco se va diluyendo en las idas y venidas entre el pasado y el presente en busca de dar pinceladas a los momentos más importantes en la carrera política del personaje, pero siempre desde la superficialidad y sin demasiada continuidad. También las apariciones constantes de los fantasmas del pasado encarnados por el marido muerto que al principio resultan emotivas y entrañables terminan siendo repetitivas y cansinas. La parte final del relato se vuelve cuesta arriba para el espectador que tan sólo sobrevive a la decepción de la fallida propuesta a través de la espectacular interpretación de Meryl Streep que más allá de una imitación del personaje real hace una recreación perfecta y llena de sensibilidad y matices, bien secundada por Alexandra Roach en el papel de una jovenzuela e idealista Thatcher, cuya trama hubiera tenido que servir para dar mayor dimensión al personaje y ofrecer un mayor desarrollo dramático en lugar de dejarnos con la sensación de ir caminando en círculos en lugar de hacia adelante.
